Los cambios que se vienen produciendo a nivel macroeconómico están transformando los paradigmas locales de logística y supply chain que han guiado la forma en que gestionamos los negocios en los últimos años.
Acomodarnos a estos nuevos desafíos implica un mayor nivel de digitalización, madurez y profesionalismo en la gestión de nuestras Cadenas, que no todas las empresas están listas para afrontar.
Les compartimos este interesante artículo de Juan Bernabé Madero, Business Development Manager, Miebach Argentina
Si hay una palabra que define a toda cadena logística —especialmente en Argentina— es resiliencia: la capacidad de adaptarse a contextos cambiantes,
manteniendo un equilibrio complejo entre eficiencia, eficacia y nivel de servicio.
Sin embargo, el presente nos plantea un gran desafío y un cambio de paradigma: dejar atrás un modelo en el que acumular inventario era parte de la estrategia de negocio —ya sea por revalorización o prevención ante desabastecimientos—, hacia un escenario marcado por sobrestock en toda la cadena de valor, menor
consumo y un enfoque cada vez más fuerte en la eficiencia y la optimización del capital de trabajo.
Este contexto nos obliga a re-pensar nuestra estrategia de Abastecimiento y Producción, y entender que el cambio de modelo tiene una inercia propia asociada al consumo de todo ese “sobre
stock” de cada eslabón de la cadena.
Ahora bien, ¿qué hacer durante la transición y cómo prepararnos para gestionar los negocios bajo este nuevo modelo? Entendemos que la profesionalización integral de nuestras cadenas será clave para enfrentar estos desafíos, apoyándonos fuertemente en herramientas digitales que garanticen visibilidad y trazabilidad del inventario a lo largo de toda la red (WMS, TMS, ERP, Torres de Control). Operar con niveles de inventario más ajustados requiere un alto grado de confianza en toda la cadena: en la planificación, en la disponibilidad y en la capacidad de respuesta tanto de nuestros equipos como de proveedores y clientes.
Podemos considerar al inventario como un reflejo de la ineficiencia acumulada en la cadena, ya que, a mayor nivel de stock, mayor es la holgura disponible para responder al día a día operativo, o dicho de otro modo, menor es la confianza en los tiempos y la capacidad de respuesta de cada eslabón. Entonces, ¿estamos preparados para reducir inventarios y mantener —o incluso mejorar— el nivel de servicio?
La tendencia global apunta a una racionalización colaborativa de inventarios, no solo dentro de cada organización, sino entre los distintos eslabones de la cadena —proveedores, empresa y clientes—.
FUENTE:
Revista Énfasis Logística